Sigue las actividades de Estudios Hispánicos
y de Filología Española de la Universidad Autónoma de Madrid

La aplicación PowerPoint nació como Presenter, un sencillo programa informático en blanco y negro para Mac que imitaba el carrusel de diapositivas. Su objetivo era mejorar las exposiciones que necesitaban mostrar gráficos e imágenes. En 1987 Windows adquiere el programa y lo convierte en PowerPoint 1.0. En 1994 se calcula que tenía unos cuatro millones de usuarios en todo el mundo. Con el tiempo conquistó el mercado gracias a sus continuas mejoras: colores, diseños, transiciones, tipografías, incrustación de objetos, etc. A partir de la versión PowerPoint 2000, el programa saltó desde las reuniones de empresa a las clases de instituto y de universidad, desplazando a los retroproyectores de transparencias, que las facultades de ciencias y escuelas técnicas empleaban para mostrar planos, gráficos y fotografías. En la actualidad su uso es omnipresente y se estima que tienen lugar más de 40 millones de presentaciones con PowerPoint al día.

Según Edward Tufte (quien lo ha denominado «the Cognitive Style of PowerPoint») y otros estudios, los efectos del programa sobre la transmisión de contenidos han sido muy destructivos: el ponente reduce y simplifica al mínimo el contenido de su intervención, mientras que pierde el tiempo en colorear y añadir imágenes de acompañamiento. Poco a poco, muchos ponentes se han acomodado y han dejado de construir y transmitir discursos complejos, en los que las preguntas del público y el apoyo en la pizarra aclaraban o matizaban los contenidos, para imponer un discurso plano y unidireccional basado en «bullet points», que llega a generar errores, como sucedió en la NASA. Por otra parte, las presentaciones y han ido reduciéndose a la lectura monótona de las diapositivas. Según las críticas a su empleo, las consecuencias sobre el auditorio también son devastadoras: fatiga y aburrimiento durante la exposición, falta de interacción con el público, reducción de la información (una hora y media de PowerPoint equivalen a menos de 5 páginas de lectura), mínimo aprovechamiento y retención del contenido, eliminación del pensamiento crítico.

Varias investigaciones confirman las consecuencias nocivas de lo que parecía una solución para las reuniones corporativas y se vendió en educación como «nuevas tecnologías» e «innovación docente», combinadas con programas como Moodle. En el ámbito empresarial y militar ya han comenzado a verse las primeras reacciones al abuso del PowerPoint. Los físicos estadounidenses del Large Hadron Collider han prohibido el PowerPoint por convertirse en un problema al constreñir el discurso y eliminar el debate. Varios altos mandos militares de EE.UU. han criticado su empleo en el ejército y el general HR McMaster llegó a prohibirlo en la misión de Irak. Su empleo se denomina «hypnotizing chickens» cuando se utiliza para informar a los medios. El general de Infantería de Marina, James N. Mattis resumió la situación con un claro «PowerPoint makes us stupid». El CEO de LinedIn, Jeff Weiner, y el fundador de Amazon, Jeff Bezos, también han prohibido su empleo en las reuniones. Este exige a cambio que el orador redacte un memorando de máximo seis páginas con el contenido de la reunión. Los asistentes deben leerlo previamente en un «study hall» para poder debatirlo posteriormente con el ponente.

Según Paul Ralph, a pesar de que a los estudiantes les gustan especialmente las presentaciones, se ha comprobado que son ineficaces en las clases universitarias, por tres razones principales:
  • Dan al estudiante sensación de facilidad y control de los temas (Tufte argumenta que debilita el razonamiento verbal y espacial), pero lo desmotivan para realizar un análisis complejo y desarrollar habilidades autónomamente.
  • Conducen a criticar a los profesores que evitan el powerpoint por considerarlos «poco claros» o que no preparan las clases de forma visual y resumida.
  • Inducen al estudiante a no buscar nuevos materiales ni a perder el tiempo leyendo libros, puesto que los exámenes acaban reducidos a preguntas sobre los «bullet points» de las diapositivas. Mientras que la curva de aprendizaje cae en picado, la satisfacción del estudiante aumenta al evitarle en gran medida el trabajo que hace años sí era obligatorio realizar. La situación se ha agravado al confundirse la calidad de lo aprendido con la satisfación con la docencia evaluada mediante encuestas.

Por el momento, la respuesta de las empresas informáticas ha sido ofrecer nuevos sistemas de presentación gratuitos, como Office Swai o Prezzi, que potencian aún más los elementos visuales en contra de la profundidad en los contenidos y la lectura comprensiva. Sin embargo, las consecuencias en el ámbito universitario se prevén socialmente destructivas. Algunas investigaciones recientes, como Academically Adrift (University of Chicago Press), demuestran que los estudiantes universitarios tienen graves deficiencias cognitivas y de pensamiento crítico debido a este sistema educativo que elimina la lectura prolongada y la escritura reflexiva. La Collegiate Learning Assessment insiste en que la Universidad ya no garantiza el aprendizaje y en que los estudiantes no pueden centrarse solo en los contenidos de su disciplina, sino que deben formarse para acceder y analizar la información, resolver problemas y comunicarse de manera efectiva.

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