
Según Edward Tufte (quien lo ha denominado «the Cognitive Style of PowerPoint») y otros estudios, los efectos del programa sobre la transmisión de contenidos han sido muy destructivos: el ponente reduce y simplifica al mínimo el contenido de su intervención, mientras que pierde el tiempo en colorear y añadir imágenes de acompañamiento. Poco a poco, muchos ponentes se han acomodado y han dejado de construir y transmitir discursos complejos, en los que las preguntas del público y el apoyo en la pizarra aclaraban o matizaban los contenidos, para imponer un discurso plano y unidireccional basado en «bullet points», que llega a generar errores, como sucedió en la NASA. Por otra parte, las presentaciones y han ido reduciéndose a la lectura monótona de las diapositivas. Según las críticas a su empleo, las consecuencias sobre el auditorio también son devastadoras: fatiga y aburrimiento durante la exposición, falta de interacción con el público, reducción de la información (una hora y media de PowerPoint equivalen a menos de 5 páginas de lectura), mínimo aprovechamiento y retención del contenido, eliminación del pensamiento crítico.

Según Paul Ralph, a pesar de que a los estudiantes les gustan especialmente las presentaciones, se ha comprobado que son ineficaces en las clases universitarias, por tres razones principales:
- Dan al estudiante sensación de facilidad y control de los temas (Tufte argumenta que debilita el razonamiento verbal y espacial), pero lo desmotivan para realizar un análisis complejo y desarrollar habilidades autónomamente.
- Conducen a criticar a los profesores que evitan el powerpoint por considerarlos «poco claros» o que no preparan las clases de forma visual y resumida.
- Inducen al estudiante a no buscar nuevos materiales ni a perder el tiempo leyendo libros, puesto que los exámenes acaban reducidos a preguntas sobre los «bullet points» de las diapositivas. Mientras que la curva de aprendizaje cae en picado, la satisfacción del estudiante aumenta al evitarle en gran medida el trabajo que hace años sí era obligatorio realizar. La situación se ha agravado al confundirse la calidad de lo aprendido con la satisfación con la docencia evaluada mediante encuestas.
Por el momento, la respuesta de las empresas informáticas ha sido ofrecer nuevos sistemas de presentación gratuitos, como Office Swai o Prezzi, que potencian aún más los elementos visuales en contra de la profundidad en los contenidos y la lectura comprensiva. Sin embargo, las consecuencias en el ámbito universitario se prevén socialmente destructivas. Algunas investigaciones recientes, como Academically Adrift (University of Chicago Press), demuestran que los estudiantes universitarios tienen graves deficiencias cognitivas y de pensamiento crítico debido a este sistema educativo que elimina la lectura prolongada y la escritura reflexiva. La Collegiate Learning Assessment insiste en que la Universidad ya no garantiza el aprendizaje y en que los estudiantes no pueden centrarse solo en los contenidos de su disciplina, sino que deben formarse para acceder y analizar la información, resolver problemas y comunicarse de manera efectiva.
Más información
» Edward R. Tufte, PowerPoint Does Rocket Science--and Better Techniques for Technical Reports (sept. 2005)» Paul Ralph, Universities should ban PowerPoint — It makes students stupid and professors boring (Jul. 2015)
» Bent Meier Sørensen, Let’s ban PowerPoint in lectures – it makes students more stupid and professors more boring (abril, 2015)
» Academically Adrift. Limited learning on College campuses
» Physicists, Generals And CEOs Agree: Ditch The PowerPoint
» Prohibido el powerpoint, atonta a los asistentes y eterniza las reuniones
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