Al comienzo del segundo cuatrimestre lanzamos nuestro I Concurso de Microrrelatos por Redes, en el que participaron once escritores y escritoras con sus propuestas. Hoy presentamos todos los textos recogidos en esta pequeña antología digital como broche final de este cursos 2022-2023 que estamos a punto de finalizar. Muchas gracias a todos y todas las participantes, y os esperamos en la próxima convocatoria. ¡Feliz verano!
Tras ver la convocatoria del concurso he abierto ChatGTP. He pedido que me escriba un cuento con la siguiente temática: escritura y tecnología en el año 2023. No me ha gustado el resultado y no he podido presentar un microrrelato.
Era la misma habitación, pero algo había cambiado. Ella ya no escribía en su diario y yo ya no leía de soslayo sus inconexas anotaciones.
¿Laura, qué haces? Dije cegado por aquel odioso aparato.
Como respuesta, el silencio.
Era la misma habitación, pero algo había cambiado.
No puedo escapar de la red.
Subo una foto a Instagram. Entro a mi perfil y veo los comentarios de siempre. Gorda, guarra. Voy al baño. Miro mi móvil. Hate y más hate, está en mi mente. Releo los comentarios. Lloro. Vomito. Me vuelve a atrapar en su red.
De tantos libros escritos, de tantas historias narradas y de tantos sentimientos explicados, la pluma se quedó sin tinta. Ahora solo busca cómo pintar sobre la pantalla; como un alma desesperada.
Se acercó hacia la computadora, queriendo abrir un Word y escupir todo lo ocurrido. Pero sus manos estaban paralizadas.
A sus espaldas, la sombra. La oscuridad que la seguía, queriendo unírsele.
Comenzó a escribir, lentamente. Solo allí la sombra podía apoderarse de ella.
Estás acostumbrado a que tus dedos presionen las teclas casi automáticamente, pero un día decides echar de menos el bolígrafo y entonces te das cuenta de que no sabes controlarlo. Él te controla a ti.
Mi hogar fue derruido por unos extranjeros para la construcción de un espacio turístico que enriquecería aún más a la comunidad. Prometieron a cambio una remuneración por el inmueble. Dinero por mi hogar, por un desconocido. Disfruta de mi tierra, desconocido, es tuya ahora.
"L . . . . . ."
Pífanos y tamboriles templaron en su nacimiento. Le gustó y quiso que desde aquel instante de la eternidad los loores fueran solamente para él. El resto de la historia ya la conocemos. El cielo dejó de ser su hogar. Había nacido para ser segundo.
Estoy segura de que había algo lindo en enviarse cartas y esperar durante días la respuesta,pero ¡nuestro amor no entiende de esperas! siempre había pensado que era lindo escribir cartas pero¡nuestro amor no entiende de esperas! (te escribo ¿nos vemos ahora? nuestro amor es inmediato).
En sus manos traía una vela; su llama, a comparación de él, era muy pequeña. Sin embargo, poseía una luz rebelde...como su corazón.
—Pensé que eras Ateo —confesé—.
—Lo era —sus profundos ojos miel me miraron—. Pero una vez que entraste en mi cama, no supe a quien agradecerle.
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